Métodos no farmacológicos: aliviando naturalmente el dolor del parto

Pablo Hernández Recabarren, matrón Preparto HRC en colaboración con Tamara Vega Vásquez, Interna carrera de Obstetricia y Puericultura Universidad de Aysén.

El parto es o debería ser un proceso lleno de amor, intimidad y empoderamiento de la mujer, sin embargo, en muchas ocasiones invade la incertidumbre y el miedo debido al dolor del trabajo de parto. Según el diccionario, dolor se define como “Percepción sensorial localizada y subjetiva que puede ser más o menos intensa, molesta o desagradable y que se siente en una parte del cuerpo; es el resultado de una excitación o estimulación de terminaciones nerviosas sensitivas especializadas”(Oxford languages). Para el manejo del dolor del trabajo de parto, siempre lo más común es utilizar la farmacología, sin embargo, durante los últimos años y en conjunto con nuevas actualizaciones en cuanto a la Obstetricia, han ido tomando protagonismo los métodos no farmacológicos para el manejo del dolor, los cuales aparte de ser efectivos, van asociados al nuevo rol de empoderamiento que ha ido tomando la mujer en el manejo y control del trabajo de parto, donde la o el matrón/a ya no es el/la protagonista, sino la propia embarazada.

Muchos esfuerzos se han realizado los últimos años para fomentar el parto respetado y humanizado, disminuyendo sustancialmente los episodios de violencia obstétrica y de dolor, cambiando el concepto y visión del parto de algo “traumático y doloroso” a “único y hermoso”. Sin embargo, y a pesar de estos esfuerzos, es necesario aún trabajar en la actualización de todas y todos los profesionales de la obstetricia para tener un patrón común al momento de tratar la analgesia no farmacológica.

El Hospital Regional de Coyhaique no se ha quedado atrás en cuanto a la vanguardia del manejo del dolor, y ha ido incorporando poco a poco distintas formas de afrontar el dolor en el trabajo de parto fuera del mundo farmacológico, los que pueden ser solicitados por todas las mujeres que llegan a la sala de preparto de nuestro centro hospitalario, que concentra la gran mayoría de partos que se realizan en la región de Aysén.

Dentro de lo que se puede encontrar, existen los métodos asociados a la aromaterapia mediante el uso de hierbas en aceites, las cuales sirven como relajantes o que ayuden a la contracción del útero; la musicoterapia que disminuye la ansiedad al estar concentrados en un ritmo que nos distrae del dolor; la hidroterapia a través del uso de duchas de agua caliente entre 34-37°C que entre otros beneficios funciona como ansiolítico, relaja, acorta el período de dilatación y disminuye la percepción del dolor; el balón de parto, el cual permite el libre movimiento de la pelvis, ampliando los diámetros pélvicos, reduciendo el dolor debido a la descompresión de la zona sacra, favorece la dilatación y el encajamiento cefálico; la masoterapia a través del masaje lumbar en la contracción, el cual disminuye la presión en la espalda, ayuda a la elasticidad y flexibilidad del cuerpo; y ya dentro de un mundo más espiritual, tenemos las lámparas de sal (proveniente del feng shui), las cuales atraen vibras positivas y al calentarse liberan iones negativos, que tienen múltiples beneficios a nivel corporal.

Sin importar el método a utilizar, el desafío como matronas/es del Hospital Coyhaique, es poder lograr paliar el dolor en nuestras usuarias, que al ser cada una un mundo distinto a la otra, el método debe ser dirigido e individualizado (no todos los métodos serán efectivos en una misma mujer).

Si bien aún existen estudios prematuros sobre los métodos no farmacológicos, la mayoría tiene muy pocos efectos secundarios, por lo que su aplicación es muy segura. ¿Cuál es el mejor método no farmacológico?, no hay una respuesta correcta, eso solo va a depender del gusto y preferencias de la usuaria, lo importante es que la mujer se empodere del trabajo de parto ya que este es y será su momento, un momento irrepetible y único, y de ella dependerá la forma en que este finalice.