Dr. Claudio Salas Garrido, médico cirujano Unidad de Urgencia Pediátrica HRC
Llega la temporada estival a la Patagonia y aun cuando en nuestra región su duración es menos extensa que en el resto del país, y las temperaturas suelen estar por debajo de la media nacional, solemos poder disfrutar de un clima más cálido de lo habitual, con algunas semanas calurosas que nos invitan a recrearnos y compartir al aire libre junto a los más pequeños de la casa.
Las familias de la región, incluidos nuestros niños, suelen colmar las orillas de lagos y ríos, así como también, hacen su aparición algunas piscinas que permiten capear las alzas de temperatura en nuestros hogares. De la mano de estas actividades, surgen algunos riesgos que es imprescindible tener presentes:
La asfixia por inmersión, es el nombre que recibe el ahogamiento que se produce por sumergimiento en cualquier medio líquido, pudiendo ocurrir en cualquier época del año, pero con un claro aumento en temporada de verano, pudiendo acarrear graves consecuencias para el afectado, incluso la muerte.
Según datos de la organización mundial de la salud (OMS) La asfixia por inmersión causa la muerte de aproximadamente 200.000 personas al año, siendo el grupo más afectado, el que corresponde a los menores de 15 años, llevándose la mayor cantidad de casos, los niños menores de 5 años.
¿Cómo prevenirlo? La medida más importante en niños, es la supervisión constante por parte de un adulto, evitando el uso de distractores mientras nuestros hijos disfrutan del agua, como celulares o libros y revistas.
En adolescentes insistir en no sobreestimar habilidades o subestimar el riesgo que supone nadar en ríos o lagos, evitando conductas de alto riesgo y por supuesto evitar el uso de sustancias.
Especial cuidado, atención y supervisión a aquellos niños con diagnósticos de epilepsia, trastornos del espectro autista o enfermedades cardiacas, por el mayor riesgo de ahogamiento, que aquellos niños sin estas patologías.
La temporada de verano y el aumento en la radiación solar, trae consigo un mayor riesgo de quemaduras solares para todos los habitantes de la región, pero especialmente para nuestros niños, quienes suelen pasar largos periodos al aire libre en diversas actividades.
Las quemaduras solares no solo generan complicaciones en su periodo agudo (dolor, sensibilidad, inflamación y enrojecimiento de la piel) sino que también al largo plazo, generando un envejecimiento prematuro de la piel y mayor riesgo de cáncer a la piel, mientras mayor sea el tiempo de exposición en la vida.
El uso de protector solar es una medida importante de prevención de quemaduras, siendo necesario en niños el uso de filtro solar en crema o spray con factor de protección (FPS) mayor a 30, idealmente 50 o más. Pero el uso de filtro solar no es la medida más importante, sino un complemento a la protección, siendo lo más importante para la prevención, el evitar la exposición solar prolongada, sobre todo en los horarios de mayor radiación, que es habitualmente entre las 11 y las 15 horas. Luego como segunda medida en importancia, el uso de ropa adecuada, por ejemplo, usar poleras delgadas de manga larga, utilizar gorro, lentes; y el último lugar, es el protector solar el que va a permitir que aquellas áreas que no han sido protegidas puedan defenderse de la radiación UV.
Finalmente, ante una situación de gravedad que afecte a nuestros niños, como la asfixia por inmersión o quemaduras agudas solares, nuestro equipo de profesionales y técnicos de la Urgencia Infantil del Hospital Regional Coyhaique, están preparados para desplegar todas las acciones necesarias para salvaguardar la salud e integridad de nuestros hijos.