Todo lo que debes saber sobre donación de órganos en Chile

Angélica Cerda Gallardo

Enfermera Coordinadora procuramiento de órganos HRC

El año 2019 Chile registró la tasa más alta de trasplantes realizados en la historia nacional, alcanzando un total de 533. Lamentablemente y producto de la pandemia, esta cifra cayó estrepitosamente en los años 2020 (358) y 2021 (355), sin podernos recuperar de lo avanzado en materia de procuramiento de órganos. En la actualidad y de acuerdo a los datos del Ministerio de Salud, hay  2.394 personas en lista de espera para trasplante.

El caso de la región de Aysén es aún más complejo. A la fecha, somos la única región del país que no ha presentado ningún donante fallecido que cumpla con las características necesarias para donar órganos, siendo también el factor geográfico un agravante en esta materia.

Si bien la Coordinación Nacional de Procuramiento y Trasplante de Órganos y Tejidos (CNPT) del Ministerio de Salud nació en el año 2010, Este programa se creó en el HRC por indicación expresa del Minsal hace 6 años, con el fin de que todos los lugares que tienen la capacidad de mantener un potencial donante, puedan aportar a la larga lista de espera que existe a nivel nacional, donde además los donantes son muy pocos.

A pesar de los avances tanto técnicos como comunicacionales en la forma en que opera el trasplante de órganos, los mitos en torno a este procedimiento que puede salvar muchas vidas siguen siendo preponderantes en la población, donde creencias personales, religiosas, culturales y también desconocimiento sobre el proceso pueden derivar en un no reconocimiento de la donación, por parte de las familias de un posible donante.

Este programa está muy regulado por ley, muy estructurado desde el nivel central. Se debe tener muy presente que siempre se considera el testimonio de la familia. No se pueden procurar los órganos de nadie si no ha habido una conversación con el familiar más cercano. En ningún caso.

En ese sentido, se entiende que lamentablemente y debido a los tiempos de “duración” de un órgano en buen estado, Una de las cosas fundamentales es que, por el tiempo, la conversación se debe tener en el peor momento para esa familia. Se acaban de enterar que su ser querido ha fallecido, muchas veces pasando por el shock que significa su muerte y acto seguido le preguntan si sabe si quería ser donante. Es por eso que como sociedad, debemos avanzar en que esta conversación se tenga antes, se aborde como familia.

Es un sistema muy bien estructurado, no hay variaciones entre un hospital u otro. Son criterios sumamente estrictos. Son pacientes que tienen una lesión neurológica crítica, severa, irreversible, fuera de cualquier alcance terapéutico; y que por esa razón, están por caer en muerte encefálica. Esto es igual a decir que la persona ha fallecido, ya que ha perdido todas las funciones cerebrales que permiten mantener la vida.  El paciente se evalúa con una serie de exámenes.

Posteriormente, se conversa con la familia para conocer la voluntad de la persona que ha fallecido. Cuando la familia reconoce que la voluntad del fallecido es ser donante, se realizan las gestiones para que los órganos se donen.

Además, dentro del proceso de procuramiento, el personal que participa en el diagnóstico de muerte encefálica no tiene nada que ver con el equipo que trasplanta, son equipos distintos y eso está por ley. Está normado que los receptores no pueden conocer quién era el donante ni su familia ni viceversa, es un  proceso completamente anónimo. De hecho, quien indica que paciente recibirá que órgano, es el Instituto de Salud Pública (ISP), institución encargada de administrar la lista de espera para todos los órganos y evalúa quien será el receptor de cada órgano, de acuerdo a la compatibilidad, entre otros factores.

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