Pamela Reyes Riffo,
Psicóloga Chile Crece Contigo HRC
Secretaria Comité de Lactancia
La lactancia materna ha sido la forma de alimentación más segura para el ser humano en toda su historia. Esta leche es la única que asegura a la niña o niño pequeño una nutrición adecuada y le protege de las infecciones, a la vez que le proporciona la oportunidad de formar lazos afectivos con su madre, lo que constituye la base de su seguridad e independencia futuras. Es aquí donde entran los aspectos psicológicos y los múltiples beneficios del proceso de lactancia.
Cada cuerpo y mujer es un mundo diferente, así como también las experiencias de su proceso de gestación y posterior puerperio, pero hay un factor común que viven la mayoría de las madres, la vinculación con su recién nacido a través de la lactancia materna.
Si bien algunas mamás no pueden realizar lactancia materna exclusiva, por diversos motivos que son muy justificados, se le entrega orientación en proceso de vinculación, ya que la relación de apego, es el lazo emocional que el bebé desarrolla con su madre y más adelante con su padre o figura significativa.
Gracias a diferentes procesos de observación y estudios se ha demostrado que: Amamantar a tu bebé no solo lo nutre físicamente, sino también a nivel emocional. Los beneficios psicológicos de la lactancia materna son cuantiosos y su impacto no se limita a los primeros meses o años de vida. La impronta que se genera repercute en la persona hasta su adultez.
Sostener al pequeño en brazos, piel con piel, y amamantarlo le permite percibir los mismos estímulos que recibía dentro del útero. Sentir la respiración y los latidos del corazón de su madre le proporcionan una sensación de continuidad de la vida antes y después del nacimiento, así como también de seguridad. El bebé se siente, cómodo y tranquilo, mientras lacta, se sabe amado y protegido por su madre, y experimenta la certeza de que ella está a su lado a medida que se adapta a este nuevo mundo.
El lazo afectivo entre madre e hijo se refuerza y se afianza gracias a la lactancia, vínculo que ayudará a desarrollar una afectividad más segura:
- Bebés que han sido amamantados desarrollan una mayor autoconfianza, autoestima y autonomía.
- Manifiestan una mejor gestión emocional, es decir, una sana capacidad de mostrar afecto a los demás, buenas habilidades para manejar el estrés y una actitud más positiva ante la vida.
- Estos niños muestran una mejor adaptación social, poseen buenas habilidades comunicativas y son capaces de establecer vínculos emocionales adecuados.
- La calidad y estabilidad de sus relaciones sociales son mayores.
El llanto del niño, ocasiona en la madre una respuesta innata de tomarlo en brazos, de calmarlo y de atenderlo, el vínculo que se genera entre el recién nacido y su madre, es tan grande que con el tiempo es capaz de identificar el tipo de llanto, si es por hambre, sueño, etc. Los consejos como “si lo tomas en brazos se va a malcriar”, “déjalo que llore, se debe acostumbrar”, van a dificultar a que se genere una relación de apego seguro.
Dentro de los aspectos claves acerca de la lactancia materna en el ámbito psicológico está:
- Aumenta la probabilidad de desarrollar un apego saludable
- Disminuye la probabilidad de padecer depresión post-parto. (Según un estudio realizado en Cambridge).
- Es fundamental que los profesionales y centros de salud brinden apoyo para promover la lactancia materna.
- Las madres necesitan tener en su trabajo, o cerca de él, un lugar limpio, tranquilo y seguro para poder continuar el amamantamiento.
En este proceso es crucial el apoyo del padre, figura significativa y/o red de apoyo más cercana de la madre, para el cuidado y atención emocional de otros hijos, si es que hubiera, así como las tareas de la vida cotidiana, para que la mamá intente estar lo más tranquila posible, sin presiones, sobre su proceso de vinculación con su recién nacido a través de la lactancia materna, para poder hacerlo de la mejor manera.