Recuperar y fortalecer la lactancia materna: Un deber de toda la sociedad

Dra. Carmen Lucero
Pediatra y Neonatóloga HRC

Soy médico Pediatra y he vivido varios cambios generacionales, incluida la globalización, el desarrollo de la tecnología, la investigación, la incorporación masiva al mundo laboral remunerado de la mujer y la depredación por el ser humano de nuestra naturaleza.

Recién iniciándome en los pasos de la medicina, trabajaba con las normas que entregaba el ministerio de Salud para sacar de la desnutrición a los niños de la comunidad, fortalecer su salud física y emocional, hoy centrada en la malnutrición por exceso u obesidad.

En ese minuto la Lactancia Materna venía a la baja con la industrialización de la leche que planteaba un ideal de bebés, con características físicas específicas y felices, que consumían este producto que se promocionaba como superior a la materna por lo que se empezó a desincentivar este proceso natural.

Muchas veces frente a un púber o adolescente “problemático” escuché tristemente la expresión: a mí nadie me quiere… no sirvo para nada…no le importo a nadie y simultáneamente comenzaban a aparecer distintas enfermedades crónicas que me motivaron a reimpulsar la lactancia materna.

Ya el mundo científico investigaba y estudiaba su tremenda importancia, tanto es así, que en 1992 se instauró la Semana Mundial de la Lactancia Materna, buscando estrategias para recuperar lo que la naturaleza nos ha otorgado y que naturalmente debiera ser para criar niños sanos, felices, equilibrados emocionalmente, con la posibilidad de ser adultos con menos enfermedades crónicas, con menos violencia en su interior y más amigables con el medio ambiente.

Actualmente hay pruebas científicas de que la lactancia artificial tiene y conlleva riesgo vinculados al desarrollo de enfermedades crónicas, entonces si una madre está informada de que eso puede ocurrir creo que es difícil que tome la decisión de no lactar y entregarle fórmulas que pueden ocasionarle un daño.

Hay que priorizar y en eso también es crucial el entorno, si la madre está recibiendo constantemente mensajes de consumismo, que necesita tener recursos económicos para vivir mejor y el entorno no se da cuenta del daño a su hijo, ese niño puede crear muchos problemas más allá de lo financiero, gastos de tiempos, gastos emocionales e incluso implica un impacto en los recursos del Estado. El tener un hijo sano y feliz es la mejor alternativa.

Si bien es cierto existen muy pocos casos patológicos u orgánicos que impiden amamantar, en general cuando una mujer se embaraza es porque hormonalmente esta apta y por ende también está apta para amamantar. Hay mujeres que son más “lecheras” que otras pero todas tienen la leche que su bebé necesita, todas las leches maternas son buenas, no existen unas mejores o peores.

Nadie puede reemplazar la leche para tu bebé, esa leche materna que es tan especial, única y hecha para el bebé nadie la puede fabricar. Creo que el problema está en el desarrollo económico y el consumismo que nos ha llevado a este extremo.

Si todos, poco a poco, vamos tomando conciencia sobre la importancia de la lactancia materna, si por ejemplo se crea al interior del sistema de salud un organismo que pueda educar respecto a la lactancia, es tanto así que se comprobó que económicamente es bueno para el país, esto motivó por ejemplo la extensión del postnatal que idealmente debería llegar hasta el primer año de vida, pero tristemente puedo comprobar que esta extensión, diseñada para proteger la lactancia, no se está usando para esto, sí quieren estar con sus hijos, pero no amamantando.

Impulsar la Lactancia Materna, el lema de este año 2022, Apoyando y Educando, es tarea de todos. Nadie puede quedar indiferente a lo que está pasando en nuestro país y en el mundo entero en estos momentos de pandemia, de violencia, de guerras y desequilibrio geopolítico, que han repercutido drásticamente en la salud, la nutrición y la subsistencia.

“La lactancia materna juega un papel importante en la doble carga de la malnutrición, además de proporcionar seguridad alimentaria y reducir la desigualdad” declara la WABA, organismo internacional pro defensa de la lactancia.

Los gobiernos, sistemas de salud, lugares de trabajo y comunidades deben estar informados, educados y empoderados para fortalecer esta práctica natural y económica para mejorar la salud física y psicoemocional de su población. Esto, reitero, es tarea de todos.