Inclusión social de pacientes de salud mental: la necesaria autonomía para el desarrollo vital

Carolina González Araya

Trabajadora Social, Coordinadora Hospital de Día Keoken HRC

Los abordajes comunitarios desde una perspectiva de derechos humanos, garantizando la realización de procesos enfocados en la integración social, son en parte el motor de los dispositivos de salud mental, favoreciendo que las personas con un diagnóstico asociado a la Salud Mental, puedan proyectar su autonomía en los espacios comunitarios, gestionando intercambios sociales que desarrollen la cobertura de sus propias necesidades.

Para llegar a este proceso, es necesario contar con estrategias de intervención adecuadas, las que están presentes ante las alternativas a la hospitalización, tal es el caso de Hospital de Día, el cual es dependiente del Hospital Regional Coyhaique y cuenta con una dotación de profesionales que facilita este enfoque. 

Desde el enfoque comunitario, se apela a la participación y co-gestión de los usuarios/as en las características que van adquiriendo los dispositivos de Salud Mental, que interpelan a prácticas de intervención tuteladas, fomentando el desarrollo de nuevas estrategias con recursos sustitutivos a la internación y disminuyendo los costos asociados a la hospitalización. 

Esta reinserción social, comprende aristas de todo el intersector: educación, vivienda, trabajo, entre otros, por cuanto es necesario tener a usuarios/as como protagonistas de su proceso clínico, donde puedan autogestionar objetivos terapéuticos con un sentido propio y que conecte con la comunidad. Este proceso de inclusión social, debe ser acompañado por todas las estrategias posibles de rehabilitación y atención, con una base sólida de servicios que promuevan un proceso de vida autónoma e independiente para cada persona. 

Parte de estas intervenciones, gestadas dentro del dispositivo Hospital de Día, pueden ser consideradas estrategias de bajo impacto ante una persona con absoluta autonomía, sin embargo, favorece la participación de una persona que, por diversos acontecimientos, no ha logrado el ejercicio completo de sus derechos. Esto debido a una posible ausencia de información idónea para ejercer sus deberes, puede transformarse en un cambio necesario para sostener la participación ciudadana y una re significación de este rol, acompañada de un plan de cuidados que resguarde la integridad de cada usuario o usuaria. 

Para ejemplificar, se puede considerar la necesidad manifestada por un usuario o usuaria del dispositivo sobre su intención de búsqueda laboral. El equipo recoge que la necesidad radica en la búsqueda de ingresos que permita solventar gastos; en tanto, el acompañamiento sobre la búsqueda, es considerado no solo sobre la ocupación que favorezca la mantención funcional de la persona en un trabajo, sino también una serie de factores anexos tales como su permanencia, el comportamiento ante una nueva rutina y el cumplimiento de horarios. 

En ese sentido, el apoyo también corresponde al reforzamiento o adquisición de herramientas para el funcionamiento, considerando ocupaciones laborales con un sentido idóneo, incorporando estrategias transversales, tales como el apoyo en la elaboración de un curriculum vitae, potenciar habilidades blandas y preparación de entrevista laboral, potenciar autocuidado personal, adherencia farmacológica y manejo de un nuevo rol, entre otras habilidades de lo cotidiano. 

Al favorecer el descubrimiento de inquietudes y resoluciones de las mismas, desde la co-construcción que se base en las necesidades de un usuario/a y la participación activa de su red familiar y/o apoyo, permitirá un proceso de tratamiento efectivo y con autonomía suficiente para su desarrollo vital con participación comunitaria, interpelando, los otros organismos sociales quienes red deberán revisar sus responsabilidades para favorecer y desarrollar estas temáticas de carácter inclusiva.