Un total de cinco pacientes del “Hospital de Día Keoken”, dispositivo ambulatorio de salud mental del Hospital Regional Coyhaique, fueron dados de alta, esto después de un intenso tratamiento integral y multidisciplinario, cuyo principal objetivo es que las personas con patologías como esquizofrenia, trastorno del espectro autista o depresión, entre otros, puedan mejorar su grado de autonomía, siendo parte activa y funcional en su respectiva comunidad, adquiriendo una mejor calidad de vida.
“Hicimos una reestructuración de los tiempos de estadía y nuestros usuarios no pueden permanecer más de un año, ya que la idea es que sea un tiempo breve e intensivo, para posteriormente ser derivados al área ambulatoria, que se desarrolla mayormente en el Centro Comunitario de Salud Mental (COSAM), donde asisten a control”, explica la enfermera coordinadora del Hospital de Día, Tatiana Luengo.
La profesional detalla que los usuarios de este dispositivo asisten por lo menos tres veces a la semana, ingresando a las 9 de la mañana y retirándose a las 16.30 de la tarde. Desde el momento del ingreso son evaluados por un equipo multidisciplinario, que incluye psiquiatra, psicólogo, kinesiólogo y terapeuta ocupacional, entre otros, siendo muy importante la red de apoyo y la voluntariedad de los usuarios.
“Cuando ellos ingresan están en déficit de muchas cosas: actividades de la vida diaria, adherencia farmacológica o consciencia de la enfermedad. Todo esto lo hemos ido trabajando de manera intensiva, y ahora están en condiciones de retomar un tratamiento ambulatorio”, precisa Tatiana Luengo, agregando que, actualmente, el centro cuenta con cupos disponibles para pacientes derivados desde el COSAM y APS (Atención Primaria de Salud).
AVANCES V/S BRECHAS
“Ya he cumplido mi meta de alta. He estado dos veces en el Hospital de Día, pero creo que ya no volveré más. Mi futuro, es ser dueña de casa, junto a mi pololo. Voy a extrañar todo, las profesionales me han enseñado harto, a madurar y hacer mis cosas sola. Estoy contenta por los familiares que nos acompañan a todos los que nos vamos de alta, y ojalá que a ellos donde estén les vaya bien, que tengan un buen futuro”, cuenta Inés Bustamante, usuaria del Hospital de Día.
Quienes también participaron de esta ceremonia de egreso, fueron los familiares de los pacientes, cuyo rol es fundamental en este proceso. Su sensación al momento de esta alta terapéutica, tiene de dulce y agraz.
“Estoy emocionada, esto ha sido muy importante para nuestra familia. Mi hijo logró terminar la media y estudiar una carrera técnica, pero la sociedad no está realmente preparada para la inclusión, que está en pañales. Faltan espacios: talleres, lugares donde puedan hacer actividad física, relacionarse más con sus pares e integrarse más a la sociedad. Aquí está el equipo completo, integral, y yo siento que mi hijo avanzó mucho”, narra emocionada Irma Durán, mamá de uno de los egresados.En tanto, Magaly, tía de otro de los pacientes egresados, acota que “la experiencia ha sido muy buena, pero lamentablemente se tiene que ir. Avanzó bastante, pero ahora quedará con mucho tiempo libre”.