Por Fernando San Cristóbal Brahm – Médico Unidad de Cuidados Paliativos Hospital Regional Coyhaique
En octubre, y como ocurre anualmente, se celebró el “Día Mundial de los Hospicios y Cuidados Paliativos”; oportunidad que, como Unidad de Oncología y Cuidados Paliativos – Alivio del Dolor del Hospital Regional Coyhaique, no quisimos pasar por alto.
Los Cuidados Paliativos, también conocidos como Medicina Paliativa, son definidos por la OMS como “los cuidados apropiados para el paciente con una enfermedad avanzada y progresiva donde el control del dolor y otros síntomas, así como los aspectos psicosociales y espirituales cobran la mayor importancia”, siendo su objetivo principal lograr la mejor calidad de vida posible para el paciente y su familia en medio de este proceso normal que es el morir.
En esta definición, se encuentran englobados los tres pilares fundamentales que distinguen a esta especialidad del área de la salud.
El primer pilar, es su objetivo. Los Cuidados Paliativos no buscan modificar el desenlace de una enfermedad terminal (no curable), sino más bien el ayudar al paciente y su entorno a asumirlo como un proceso natural, en donde la muerte como final está marcado, pero el camino a seguir no. Justamente es este camino el que podemos modificar, ya sea desde el punto de vista médico, aliviando síntomas con fármacos y terapias, como del punto de vista psicosocial y espiritual, al darle al paciente y sus seres queridos el apoyo y soporte necesarios para poder enfrentar el futuro que se avecina. En otras palabras buscamos mejorar la calidad de vida del paciente y su familia.
El segundo pilar, es el paciente y su comunidad, a quienes los Cuidados Paliativos toman como foco principal de su accionar. El paciente no vive aislado de los demás, es un ser humano frágil que requiere especial cuidado y afecto. Un afecto que solo puede obtener mediante la compañía y el apoyo de sus seres queridos, quienes también necesitan de apoyo para enfrentar esta difícil etapa. En resumen, no se puede ayudar a un paciente terminal, si no se ayuda también a sus más cercanos.
Y como tercer pilar fundamental, está el equipo multidisciplinario, siendo éste el motor principal de cualquier unidad de Cuidados Paliativos. El paciente y su familia no solo requieren del apoyo médico, sino también del resto de los profesionales de la salud -enfermeros, psicólogos, kinesiólogos, asistentes sociales, nutricionistas, técnicos y Químico farmacéuticos-, quienes aportan la experiencia de sus respectivas áreas, logrando así fortalecer y retroalimentar al propio equipo y a la comunidad de pacientes que atiende.
Para finalizar, es bueno destacar el importante avance que ha tenido esta área de la medicina en Chile, no solo gracias a la implementación del Programa GES de Cuidados Paliativos para pacientes con cáncer avanzado, sino también al apoyo humano que brindan las personas a cargo de este programa en los distintos hospitales y consultorios del país.
Aún queda camino por recorrer y tareas que realizar; el fomentar el ingreso precoz de los pacientes oncológicos al programa y el incluir enfermedades terminales no oncológicas a éste son sólo algunas de ellas. Por lo anterior, es primordial el seguir motivando a los profesionales de la salud y a la comunidad a que transiten este camino difícil pero gratificante que busca el bienestar no solo de un individuo, sino de todas las personas que forman su mundo en las etapas finales de su vida.